28 Ago 2020

Vaciarnos de nosotros mismos – Mons. Fernando Chomali

No es fácil comprender el texto del Evangelio Mateo de este domingo. Es un episodio muy crudo porque le dice a Pedro y a cada uno de nosotros que los pensamientos, los planes y la voluntad de Dios se distancia respecto de la nuestra. Y los seres humanos solemos aferrarnos a lo que sabemos, queremos o tenemos, y amoldamos nuestra fe a aquello.

Para comprender este texto tenemos que vaciarnos de nosotros mismos, salir de nuestras categorías y entrar en unas muy distintas. Vencidos, pero no convencidos, algo ha logrado la pandemia, dado que muchos de nuestros planes y proyectos quedaron en suspenso. Más aún, lo que pensábamos que teníamos como seguro, sucede que ahora no lo es tanto. Y digo que hay que entrar en otra dinámica porque el Señor nos dice que tomemos nuestra cruz, más aún que la carguemos y sigamos al Señor. Y seguir al Señor implica no sólo vivir los mandamientos, sino vivir desprendido de uno mismo para entregarnos a los demás.

Es decir no sólo no hacer el mal, -que ya es algo- sino que hacer el bien y hasta el extremo. Ello implica entrar de lleno en la experiencia de la fe, pues la promesa es que sólo así ganaremos nuestra vida. Y si estamos centrados en nosotros mismos y nuestros propios intereses, la perderemos. Es una enseñanza muy dura y difícil de aprender. Pero es la Palabra de Dios y que mira la vida desde una perspectiva de eternidad, dado que lo queramos o no, una cosa es cierta, la muerte es la realidad última de la existencia y es allí donde se definirá nuestro futuro absoluto.

¡Gran dilema se nos presenta, cuando se nos enseña a pensar en primero en nosotros mismos, a competir, a presumir, a tener más para hacer creer que somos más! Me llega este Evangelio en lo más profundo. Dios me dé la gracia de comprenderlo y la sabiduría de vivirlo. Y harto lejos que estoy.