04 Dic 2020

Preparar los caminos para el Señor – P. Hugo Tagle

Celebramos el II domingo de Adviento. Dos grandes personajes nos acompañarán en este tiempo: el profeta Isaías y San Juan el Bautista. Ambos anuncian la venida del Mesías. El salmo 84 lo proclamará con contundencia: La salvación está ya cerca de sus fieles y la gloria habitará en nuestra tierra. Jesús es punto de sutura del deseo de Dios y del deseo del hombre. En Él, la misericordia, la justicia, la paz y la fidelidad aúnan los modos de ser y de relacionarnos para que el Reino se instaure y la salvación anide en el corazón humano.

Un grito que nos invita a tomar conciencia de la importancia de vaciarnos de muchas cosas superfluas, de que la gloria habita en nuestro interior “¡Preparen el camino al Señor!”. “No solo estamos hechos por Dios, sino que estamos hechos de Dios”, dice la mística Juliana de Norwich. El Adviento redescubre, en nuestros desiertos, nuestra dimensión divina, nuestra proximidad al Hijo de Dios en el pesebre.

“Preparar los caminos para el Señor” es abrirle espacio en nuestra alma, crecer en la oración, solidaridad y servicio. Esperar a Dios, abrirse a Él. “Amar es saber esperar el tiempo que sea necesario”. En efecto, el Adviento es tiempo para acrecentar la esperanza desde la confianza en la promesa y fidelidad de Dios ¡Él nunca decepciona!

San Juan el Bautista anuncia de palabra y obras que el Señor viene. Y no se desanima en su misión. Que Juan sea profeta del desierto y que predique en el desierto, es, en sí mismo, un acto de amor extremo. Preguntémonos en esta semana ¿Cómo puedo ser eco de la paciencia que Dios tiene conmigo? ¿Soy capaz de ser paciente con mis hermanos? ¿Cómo contribuimos a construir la esperanza en los desesperanzados? ¿Cuán fiel soy a la verdad en mi vida personal, laboral, familiar? ¿He sido reflejo del Señor en medio de los “desiertos” de la vida, como los fracasos, decepciones, dificultades? ¿Cómo vivo mi fe, especialmente en este complejo tiempo de pandemia e incertidumbres?

El 8 de diciembre terminamos el mes de María, con la fiesta de la Inmaculada Concepción. A ella la acompañamos en este tiempo. Pidamos su especial protección y ayuda.