06 Dic 2019

La paz es fruto de la justicia y la proximidad – P. Hugo Tagle

Comentario del Evangelio – Domingo 8 de diciembre de 2019

Evangelio según San Mateo 3, 1-12

La paz es fruto de la justicia y la proximidad

Este domingo celebramos el segundo domingo de Adviento y en el evangelio aparece la figura de Juan el Bautista, el predecesor de Jesús, quien prepara el camino para su venida. Todo el espíritu de las lecturas dominicales está animado por la alerta ante el “Dios que viene”, que no se impone, que invita y acoge. Es el Dios que nos invita a abrir las puertas del alma y preparar el camino para su venida. Una buena pregunta para esta semana: ¿Somos entusiastas discípulos de Cristo que anunciamos su venida?

Se nos invita a “enderezar los senderos” de la vida para que Jesús nos encuentre bien dispuestos a su mensaje. Podemos preguntarnos ¿Estamos preparando como familia, personalmente, la venida de Jesús a nuestras casas, a nuestros corazones? El tiempo de Adviento es justamente para esa preparación interior y este año coincide con el difícil momento que vive Chile.

Les propongo entonces que recordemos las palabras del Papa Francisco en una de sus homilías en nuestro país, donde nos invitó a “¡sembrar la paz a golpe de proximidad, de vecindad! A golpe de salir de casa y mirar rostros, de ir al encuentro de aquel que lo está pasando mal, que no ha sido tratado como persona, como un digno hijo de esta tierra. Esta es la única manera que tenemos de tejer un futuro de paz, de volver a hilar una realidad que se puede deshilachar”.

La paz es fruto de la justicia, pero también de la “proximidad” al otro. El otro no es un enemigo. Somos hijos de la misma tierra. La paz es un imperativo y requisito para el cambio. El trabajador por la paz, dice el Papa, sabe que muchas veces es necesario vencer grandes o sutiles mezquindades y ambiciones, que nacen de pretender crecer y ‘darse un nombre’, de tener prestigio a costa de otros. El trabajador de la paz sabe que no alcanza con decir: no le hago mal a nadie, ya que como decía San Alberto Hurtado: ‘Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien’.

Sí, “construir la paz es un proceso que nos convoca y estimula nuestra creatividad para gestar relaciones capaces de ver en mi vecino no a un extraño, a un desconocido, sino a un hijo de esta tierra”. El primer paso es vencer distancias, destruir prejuicios, respetar al otro, evitar las descalificaciones. Supone generosidad, humildad, apertura, empatía. Hace rato que llegó la hora del diálogo, de pensar un Chile distinto y por ende mejor. Preguntémonos ¿Cómo trato a los demás? ¿Hago acepción de personas? ¿Me junto solo con los que me son afines? ¿Conozco a todos con los cuales trabajo? ¿Soy amable, respetuoso? Buenas preguntas para este fin de año.

La Iglesia nos propone además tres ejercicios espirituales: alguna renuncia o sacrificio, rezar más y una buena confesión, y alguna obra de caridad. Esforcémonos por preparar el corazón para la llegada del Señor ¡Saldremos fortalecidos!