17 May 2021

La noble vocación política – Francisco Jiménez

Este fin de semana estamos viviendo el proceso eleccionario más importante de los últimos tiempos. Son, como sabemos, cuatro elecciones en una, con diferentes opciones y para diferentes propósitos. En efecto, mañana lunes, ya conoceremos el alcalde, los concejales y los convencionales constituyentes, para cada municipalidad y distrito donde nos haya tocado votar, así como las primeras mayorías para las Gobernaciones Regionales.

Me parece importante reconocer a los miles de ciudadanos que se presentaron como candidatos para participar de este proceso, pues encarnan esa noble vocación política de la que nos habla el Papa Francisco cuando señala que la política “es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común” (Fratelli Tutti, 180).

Son cuatro elecciones simultáneas, dos de ellas inéditas en nuestra historia y cada una con sus particularidades, pero me parece que serán los 155 hombres y mujeres que resulten electos constituyentes los que tendrán sobre sus hombros una responsabilidad mayor: presentar al país una constitución que una a todos los chilenos articulando la vida en común de las generaciones presentes y futuras. Deberán tener una mirada colaborativa, pensando siempre en la dignidad de la persona y el bien común. Sus decisiones consensuadas afectarán principalmente a los más jóvenes, a quienes representan las nuevas generaciones que serán regidas por estas reglas.

La historia juzgará al cuerpo de la Convención como un todo, a quienes fueron capaces o no de mejorar la convivencia, de producir la armonía, de encontrar el camino del diálogo constructivo, de erradicar la violencia, de construir el marco de una sociedad más justa, solidaria y humana. ¡Qué duda cabe, tendrán una magnífica oportunidad de ejercer esa noble vocación de servicio público!

Una parte importante del trabajo de la Convención será dejar de lado la mirada polarizada e ideológica que nos hace vernos como enemigos y abordar con responsabilidad los legítimos asuntos que serán incorporados en la Constitución y también las que no lo sean. Por eso, una base adecuada para la discusión constitucional son los principios de la dignidad humana, el bien común, la subsidiariedad y la solidaridad, ya que hacen sentido a la gran mayoría del país y creemos que deben seguir estructurando nuestro orden social, económico, político, cultural y religioso.

En ese contexto, desde USEC tenemos la convicción de que la prioridad y la iniciativa en la resolución de los desafíos públicos la tenemos las personas y las organizaciones de la sociedad civil, entre ellas, las empresas. El Estado, por su parte, debe establecer reglas y regulaciones claras, generar las condiciones para que florezca el despliegue de la libertad y creatividad humana, el emprendimiento en todas sus dimensiones y la creación de empleo, y participar directamente sólo en todas las áreas donde los privados no puedan hacerlo adecuadamente o no pueden proveer ciertos productos o servicios a toda la población.

Este proceso está recién empezando y todos debemos poner de nuestra parte una cuota de optimismo, de esperanza y de paz, entregándoles a los constituyentes la tranquilidad que necesitarán para hacer su trabajo. Ponemos en ellos nuestra confianza. Quienes somos creyentes, pedimos a Dios, que ilumine a los constituyentes y les de las virtudes necesarias para que vean en cada ciudadano, a su hermano y hermana, a su familia y a quienes más aman. Acá no caben amigos y enemigos, somos todos miembros de igual importancia, que compartimos una casa común.

Publicación: Domingo 16 de mayo de 2021, en El Líbero.