28 Nov 2022

La educación y la empresa en el tejido social – Francisco Jiménez

El tejido social es “un entramado vivo, como una enredadera”. “En un tejido social sano cada rama desarrolla su proyecto vital y propende a la unidad”, mientras que en un “tejido social roto no existe la posibilidad de desarrollar un proyecto personal y no se propende a la totalidad”. Esto señaló Gabriela Caviedes, académica de la Universidad de los Andes, en su exposición en el reciente seminario que organizamos sobre el tema en USEC, Unión Social de Empresarios Cristianos. 

Esta semana, la ministra Camila Vallejo también se refirió al tejido social, esta vez dañado por la desinformación y el fenómeno de las fake news, reiterando que es tarea de todos; y unas semanas antes también haría lo propio el Presidente Boric. 

Me parece que todos estamos de acuerdo en querer contribuir a la formación de este mejor tejido social, que está afectado por plagas o enfermedades, pensando en la analogía de la enredadera, que es muy buena, pues se entiende que es un ser vivo, que tiene raíces comunes y se nutre para seguir creciendo. Tal vez sea este el mayor problema de nuestra “Enredadera Chilensis”, que ha ido perdiendo esas raíces comunes y algunas partes están mal nutridas, sin sol, sin tierra o sin agua.

Es importante entonces determinar las prioridades para mantener esta planta viva y estas semanas, donde todos esperamos acuerdos políticos que permitan resolver el camino para el proceso constituyente, nos ha golpeado la terrible estadística de la deserción escolar ampliamente comentada y que podemos distinguir con claridad como una de las mayores amenazas para nuestro tejido social.

Solo para recordar, según el Centro de Estudios del Mineduc, son 50.529 alumnos que abandonaron el sistema escolar entre 2021 y 2022, y hay más de 1,3 millones de escolares con inasistencia grave en este período. ¿Cómo atendemos esta emergencia?

En primer lugar, requiere que todos participemos de la solución: Estado, Sociedad Civil, Academia y, también, Empresa. Es de sentido común y materia de reiterados análisis técnicos la importancia de la educación para la construcción de la sociedad; necesitamos que nuestros niños reciban la mejor formación integral posible, no solo académica sino también cívica y valórica, que les enseñe a vivir y convivir. Es importante también comprender con precisión los múltiples factores que nos han llevado a esta situación y atacarlos con decisión y sentido de urgencia.

Desde la empresa y el mundo del trabajo, se deben fomentar las acciones que propendan a fortalecer la familia, instaurar en la medida de las posibilidades de cada realidad, horarios flexibles, teletrabajo, facilidades para que los padres asistan a actividades escolares de sus hijos y otras, y también ocuparse de conocer la realidad de cada colaborador y su núcleo familiar. Existen además muchos ejemplos de establecimientos educacionales amparados o financiados por fundaciones empresariales que son notables ejemplos de colaboración público privada, que se deben reforzar e imitar, sin ser vistos como ámbitos exclusivos del Estado, pues finalmente son parte de esta unidad de propósito de nuestra “enredadera”.

En USEC, junto a nuestras empresas socias, estamos impulsando un proyecto en alianza con Fundación Trabün, que hemos llamado “Encontrémonos”, cuyo objetivo es llevar la experiencia del trabajo y su dignidad, a los alumnos de enseñanza media de colegios vulnerables, a través de conversatorios con participación de ejecutivos y colaboradores que relatan su experiencia con el trabajo, tanto en lo vocacional como en lo humano. Monseñor Fernando Chomalí escribió recientemente acerca de la desesperanza en la que se encuentra nuestra juventud, viviendo el presente sin importarles el pasado y sin mirar el futuro: desesperanza y deserción pueden ser dos caras de la misma moneda. Es tarea de todos cuidar nuestra “Enredadera Chilensis”, busquemos nuestras raíces comunes, la savia que nos lleva la vida y pongamos la educación como primera prioridad en su desarrollo.

Publicación: Domingo 27 de noviembre de 2022, en El Líbero.