01 Abr 2016

Bruno Baranda – Un mensaje oportuno

En medio de un contexto socio económico y político de crispación e incertidumbre, los líderes de empresas y organizaciones podemos encontrar oportunidades e interesantes desafíos. 

En medio de un contexto socio económico y político de crispación e incertidumbre, los líderes de empresas y organizaciones podemos encontrar oportunidades e interesantes desafíos. Por ejemplo, tomar medidas que favorezcan la total transparencia y fortalecer los lazos interpersonales entre quienes participamos de un mismo proyecto empresarial. Si forjamos una comunidad unida y fuerte en nuestras organizaciones, las condiciones que nos imponen la reforma laboral, tributaria y otras, no nos determinarán.  

Para lograrlo, es oportuno atender a un reciente mensaje del Papa Francisco a representantes de la principal asociación empresarial italiana. Los exhortó a liderar empresas cercanas a las necesidades de las personas, con un sentido de responsabilidad compartida, que propicien espacios laborales colaborativos, inclusivos y solidarios, dejando de lado la competencia y la prevalencia del más fuerte. Empresas en las que todos aporten desde sus talentos y así mismo, perciban los beneficios del trabajo bien hecho. 

Lo anterior no implica desestimar mecanismos hoy usados para aumentar la productividad, como los incentivos al desempeño o cumplimiento de metas. Cuando éstos estás bien inspirados y bien puestos, pueden ser beneficiosos y motivar a la excelencia. Pero hay que cuidar que los resultados que se midan tengan en cuenta indicadores sociales y humanos, no sólo utilitaristas. Es decir, que los buenos resultados hayan sido conseguidos con la participación de todos y manteniendo un buen clima laboral. 

Para el Papa, ser líder de empresa implica: “saber dirigir, pero también saber escuchar, compartiendo con humildad y confianza proyectos e ideas; significa hacer que el trabajo cree otro trabajo, la responsabilidad cree otra responsabilidad, la esperanza cree otra esperanza.” Además, señaló que ser empresario implica una “noble vocación”, orientada a multiplicar y volver más accesibles los bienes de este mundo para todos. Llamados a ser constructores de bien común y artífices de un nuevo “humanismo del trabajo”. A seguir el camino de la justicia que rechaza los atajos, los favoritismos, la deshonestidad y los negocios fáciles, de modo de favorecer una economía de todos y para todos. Una economía, en que la defensa de la libertad no prevalece por sobre las exigencias de la justicia, porque: “No hay libertad sin justicia y no hay justicia sin el respeto de la dignidad de cada uno.” 

Un oportuno mensaje,  que si escuchamos y  ponemos en práctica, nos permitirá enfrentar de mejor manera los cambios, incertidumbres y vicisitudes del entorno.

Bruno Baranda F., Presidente de USEC