01 Nov 2015

Bruno Baranda – Nuevo caso de colusión

Señor Director: Desconcierto ha provocado el destape de un nuevo y gravísimo caso de colusión entre dos empresas que tienen casi el monopolio de un mercado de productos de primera necesidad, por lo que inevitablemente afecta a todos los chilenos.

Señor Director: 

Desconcierto ha provocado el destape de un nuevo y gravísimo caso de colusión entre dos empresas que tienen casi el monopolio de un mercado de productos de primera necesidad, por lo que inevitablemente afecta a todos los chilenos. 

Esta es una buena ocasión para llamar a quienes lideramos empresas, en especial a quienes conforman el gobierno corporativo de estas, a prestar mucha más atención a la forma en que los ejecutivos consiguen resultados, y no solo a que estos sean alcanzados. 

Los criterios con que se fijan metas cada año más exigentes, en función de una concepción reduccionista del éxito, con un enfoque cortoplacista e incentivos perversos están en la raíz de los muchos casos de malas prácticas empresariales que nos han escandalizado y abrumado en el último tiempo. 

Estos casos le hacen un flaco favor al modelo económico que fomenta la libre competencia, el que al ser mal utilizado por quienes se sirven de este marco para velar solo por intereses mezquinos, termina siendo duramente cuestionado. Pone un manto de duda sobre toda la clase empresarial, genera la sensación de injusticia y cimenta la desconfianza. También pone en tela de juicio la concepción de persona que defendemos. 

¿Somos individuos responsables, con capacidad de discernimiento moral? O bien, ¿necesitamos restricciones cada vez más severas que coarten la libertad responsable para impedir su mal uso y consiguiente transformación en libertinaje? 

Finalmente, se vuelve patente la necesidad imperiosa de que todo profesional reciba una formación integral que no se limite a su capacidad técnica, sino que incluya una formación humanista en disciplinas tales como la filosofía, antropología, ética, etcétera. La mentalidad economicista que ha imperado en las últimas décadas ha permitido un desarrollo material, pero no uno integral. Esta deuda pendiente se manifiesta en muchos niveles de nuestra convivencia, y ya es hora de tomarla con seriedad. Confiamos en que las lecciones que se sacan de estos golpes sean provechosas. Pues el éxito de las empresas depende del éxito de la comunidad en las que están insertas y lo mismo ocurre al revés. 

Es hora de romper los círculos viciosos para favorecer un gran círculo virtuoso que nos conecta a todos y nos orienta al bien común. 

Bruno Baranda, presidente USEC
Publicación: El Mercurio, domingo 1 de noviembre de 2015.