Ex presidente USEC participa en simposio sobre el rol del Estado, Empresa y Sociedad Civil en la construcción del bien común
Revista Humanistas (UC) y la Fundación Cardenal Raúl Silva Henríquez invitaron a un encuentro, cuya reflexión se centró en el estudio del economista italiano, Stefano Zamagni, en su documento “El Bien Común Global, hacia una economía más inclusiva”.
La actividad que conmemoró los seis años de la publicación de Caritas in Veritate del papa Benedicto XVI, contó con la participación de connotados profesionales del derecho, de las ciencias sociales y de la economía, destacando entre ellos al ex presidente de USEC y CEO de Elecmetal, Rolando Medeiros. Esta nota rescata los principales mensajes de su exposición.
El ejecutivo hizo un análisis respecto de la armonía que debe existir entre estos tres sectores para contribuir al desarrollo integral del país, y la responsabilidad que le cabe a la empresa y sus líderes ante este desafío. “El contexto por el cual atravesamos nos está permitiendo una serie de oportunidades para mejorar las reglas del juego, la transparencia y el denominado accountability. Sin embargo, si queremos apuntar a un desarrollo auténtico, es preciso mejorar los índices de desconfianza dado que es la peor amenaza para el equilibrio entre estos tres actores”, aseguró.
En esta línea, es necesario alcanzar un rol más preponderante para conseguir un progreso más inclusivo y armónico. Sin embargo, hay que ser cautelosos con anteponer un sector por sobre el otro. “Evidentemente no es una buena solución hacer “más Estado” así como tampoco aumentar el poder al Mercado, el que sin un marco regulatorio, con sanciones realmente disuasivas, con líderes formados en ética, corre el riesgo de perderse en un economicismo que instrumentaliza a las personas. En cuanto a la sociedad y en especial a las demandas ciudadanas, que aunque tienen sustento en una base real, carecen de la necesaria articulación y sistematicidad que permita construir sólidas propuestas a los problemas que objetivamente les afectan”, explica Medeiros.
Estos tres sectores deben actuar como aliados, pues cada uno tiene un espacio y un rol irremplazable en la construcción del bien común. Asimismo, otra medida para alcanzar este añorado equilibrio es lo que dice el papa Benedicto XVI en Caritas in Veritate respecto del principio de gratuidad en la economía y en la política. “Es necesario que el Estado, el Mercado y la Sociedad, optimicen su radio de acción y, sin dejar de lado el rol primario que les compete, den espacio a la reciprocidad que emana del principio de gratuidad; que dejen de operar en compartimentos estancos; que cooperen y se complementen entre sí en pos de los mismos fines sociales”, destaca.
Empresa y sus líderes
Dado el rol que cumple la empresa en el desarrollo de una sociedad, es importante abordar ciertos aspectos con los que ella puede contribuir al bien común, asimismo, el líder empresarial. En esta línea, el ex presidente de USEC afirma – en palabras del papa Francisco – que la dignidad de cada persona y la búsqueda del bien común son temas que deberían importar a todas las políticas económicas. No obstante, hay obstáculos que impiden alcanzar fluidamente este objetivo tal como lo señala el cardenal Peter Turkson en su documento “La Vocación del Líder Empresarial”.
En éste se enfatiza que algunas causas son externas a la empresa, como la ausencia de estado de derecho o de regulaciones internacionales, la corrupción y la competencia depredadora, entre otros, así como causas internas en la línea de tratar a los empleados como meros “recursos” o como ganar dinero a partir de productos que no son realmente buenos o servicios que realmente no sirven. Pero el principal obstáculo a nivel personal es, según este documento, llevar una vida dividida o, lo que el Vaticano II describe como “divorcio entre la fe y la vida diaria”. El ejecutivo señala que “separar las exigencias de fe y del trabajo es un error fundamental que contribuye, en gran medida, al daño que algunas empresas han causado al mundo de hoy, como son el exceso de trabajo en detrimento de la familia o la vida espiritual, el apego enfermizo al poder a costa del propio bien y el abuso del poder económico para obtener mayores beneficios”, afirma.
No obstante, ¿qué se requiere para que un líder empresarial cristiano asuma sus deberes y responsabilidades como una vocación iluminada por su fe? Rolando Medeiros explica que un líder debe reconocer que sus talentos y habilidades son regalos de Dios, y reconociéndolos así, devolverlos a la sociedad actuando como un líder al servicio de los demás construyendo una cultura corporativa en la que todos los stakeholders sean vistos como prójimo. “Es promover una organización, bajo su liderazgo, que se funde en el respeto incondicional de la dignidad de todas las personas que interactúan en y con la empresa. Es impregnar su quehacer empresarial de “Caridad en la Verdad” tal como lo señala Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate”, finaliza.