Rol público de la empresa: un llamado a la acción – Enrique Cruz
Recientemente se destacó que la nueva directora ejecutiva de ICARE, Magdalena Díaz, llega con la intención de “relevar el valor público de la empresa, la incidencia de la empresa en el desarrollo del país, el generar amistad cívica entre todos los sectores”. Es muy valorable que la nueva gestión tenga como centro el rol público de la empresa, tema que ICARE viene trabajando desde sus inicios.
El rol público es justamente cómo la empresa ordena sus procesos al servicio del bien común, y cómo se relaciona con sus grupos de interés, aportando con tres bienes: ofrecer productos y servicios que sean realmente útiles; dar puestos de trabajo que favorezcan el desarrollo integral de los colaboradores y sus familias; y crear y distribuir con justicia buena riqueza, entre los stakeholders que contribuyeron a generarla.
Al mismo tiempo, es necesario que el Estado reconozca este rol público de la empresa. El Estado debe pasar del “dejar hacer” al “promover”: generar las condiciones necesarias para el desarrollo de la actividad empresarial, atraer la inversión, facilitar la creación de empleo, etc., porque la empresa no sólo ofrece bienes y servicios, genera trabajo, y crea y distribuye riqueza, sino que es un actor fundamental en la construcción del tejido social y en la promoción del desarrollo integral de las personas.
El rol público, con todo, exige partir por casa, desde “dentro”. Como dice el dicho, no hay mejor embajador de tu marca -o de tu empresa- que tus colaboradores. Así, debemos dedicar nuestros esfuerzos a construir una cultura organizacional que ponga a la persona en el centro de nuestra gestión. Pasar a la acción es algo urgente para nuestra sociedad y fundamental para el éxito de mediano y largo plazo de la empresa. Debemos implementar medidas concretas que rescaten el valor de la persona y que generen un impacto positivo en su entorno; partiendo por el colaborador, siguiendo por su familia y luego por la comunidad.
Para lo anterior, propongo que empresarios y directivos podamos hacernos preguntas tales como: en mi empresa, ¿existe un propósito trascendente que movilice a los colaboradores, al ver que su esfuerzo tiene un impacto positivo más allá de la rentabilidad del negocio?
¿Conocemos dónde vive nuestro equipo? ¿Cómo es su familia? ¿Cómo se movilizan al trabajo? ¿Cómo es el trato en mi equipo de trabajo? ¿Podemos conocer los dolores principales y buscar formas de mitigarlos? Sin duda que las respuestas a estas preguntas se pueden traducir en pequeñas acciones que transformen personas. Nuestro país requiere que las empresas y sus líderes ejerzan activamente su rol público, al servicio de la sociedad. Así, los empresarios, directivos y ejecutivos, desde el propio core business, podemos reconstruir confianzas y contribuir al bien común de la sociedad de la cual formamos parte.
Tengo la convicción de que llegó la hora de la confianza. Tomar conciencia de nuestro rol público es algo urgente para nuestra sociedad y fundamental para el éxito de mediano y largo plazo de la empresa. Como hombres y mujeres de empresa tenemos mucho que hacer. Los invito a reflexionar sobre su rol público y trabajar por el bien común de nuestro país. Así podremos transformar Chile desde la empresa.
Columna publicada el lunes 22 de julio de 2024 en El Líbero.