14 Jul 2025

La Virgen del Carmen, Reina y Madre de Chile – P. Hugo Tagle

Julio no es solo invierno y frío en este hemisferio. Es también alegría, fe, esperanza y canto por la fiesta de la Virgen del Carmen el día 16. Su imagen fue traída por las primeras comunidades religiosas en el año 1643 a Penco, actual Concepción, y su veneración corrió como reguero de pólvora. El Papa Pío XI la nombró Patrona de Chile en 1923, reconociendo con ello el profundo cariño del pueblo chileno por ella. Si bien hay otras imágenes de la Madre de Jesús con alta veneración a lo largo de Chile, la Virgen del Carmen se impuso y fue encontrando en todos los rincones de nuestra larga geografía un lugar de culto.

Chile es tierra mariana. Desde la Virgen del Rosario de las Peñas en la quebrada de Livilcar, Arica, hasta la veneración a la Virgen de Covadonga o María Auxiliadora en Punta Arenas. Pero es la veneración a la Virgen del Carmen la que da unidad al pueblo chileno. En ella, los chilenos encuentran esperanza y protección, especialmente en momentos difíciles. Su imagen, con el escapulario marrón y el Niño Jesús, es símbolo de devoción y cariño para los fieles.

Desde USEC se promueven los valores de la libertad, justicia, verdad y solidaridad en el mundo del trabajo y la sociedad civil. Son los mismos principios que brotan de una mirada cristiana y mariana de la vida. Quien asume el compromiso de ser cristiano, ser discípulo y misionero, busca generar espacios de encuentro entre las personas donde se promuevan estos valores que, con los ojos y el apoyo de la Santísima Virgen, contribuyan a la dignidad de las personas y al bien común. Además, el cristiano, al igual y junto a la Santísima Virgen, promueve la transformación social positiva de su entorno, en el caso de los miembros de USEC en las empresas, oficinas y talleres, logrando una espiral virtuosa que crea ambientes más sanos, unidos, productivos y socialmente responsables.

En esta fiesta se proclama en la santa misa normalmente el pasaje del Evangelio de San Juan que narra el milagro del vino en las bodas de Caná. María pide a su hijo Jesús ayuda para salvar la fiesta. Se había acabado el vino. El Evangelio nos habla de la intercesión de María para que la alegría no se pierda ni el encuentro festivo naufrague. Ella está atenta a todo lo que pasa a su alrededor y, como buena Madre, no se queda quieta y así logra darse cuenta de que, en la fiesta, en la alegría compartida, algo estaba pasando: había algo que estaba por «aguar» la fiesta. Y acercándose a su Hijo, ella solo le dice: “no tienen vino” (Jn 2,3). 

Con ello, movió el corazón de su Hijo para que obrara un milagro. El Papa Francisco citó este texto en la misa celebrada en Iquique, en el norte de Chile: “María anda por nuestros poblados, calles, plazas, casas, hospitales. María es la Virgen de la Tirana; la Virgen Ayquina en Calama; la Virgen de las Peñas en Arica, que anda por todos nuestros entuertos familiares, esos que parecen ahogarnos el corazón para acercarse al oído de Jesús y decirle: mira, ‘no tienen vino’”. Un cristiano adopta la actitud solícita de María de salir en ayuda de otros “cuando les falta el vino”. No se queda de brazos cruzados. Sale en ayuda del otro en necesidad, como lo hizo con su prima Isabel. 

Pidamos en esta fiesta de la Virgen del Carmen que nos ayude a crecer en fe y compromiso cristiano; que, como ella, tengamos la sensibilidad para ir en ayuda de quienes lo necesitan y así mostrar el amor de Dios Padre misericordioso por todos los hombres.

¡Virgen del Carmen, patrona de Chile, ruega por nosotros!