Gestión: el desafío de alcaldes y concejales electos – Enrique Cruz
En medio de la discusión sobre el Presupuesto 2025, donde la gestión gubernamental sobre el uso de los recursos es una de las principales consideraciones que los legisladores realizan sobre la propuesta del Ejecutivo, pasó desapercibido un hecho digno de análisis: Personas ligadas al mundo de la empresa electas como alcaldes y concejales en varias comunas de Chile. Fenómeno que no es ajeno a la realidad de otros países durante los últimos años.
Estos resultados muestran la relevancia que le ha dado la ciudadanía al empresariado y la oportunidad que le están brindando, lo que no es menor en una crisis de confianza en las instituciones, valorando, entre otros atributos, la capacidad de buena gestión que pueden representar. Este hecho es, al mismo tiempo, una buena noticia y una enorme responsabilidad.
Inmersos en una crisis de confianza institucional, es bueno recordar que la confianza se sostiene en dos pilares: el comportamiento ético de las partes y la capacidad técnica o de gestión en cumplir (y superar) lo acordado, prometido o esperado. No cabe duda de que el primer pilar es primordial en todo orden de cosas, pero a veces se nos olvida fácilmente el segundo.
Llegó la hora de la gestión, algo que la ciudadanía espera con ansias en todas las comunas de Chile. Las nuevas autoridades comunales tienen que hacerse cargo de los diversos problemas de las personas, y esto no pasa sólo por declaraciones y buenas intenciones, sino que también por realizar una gestión de los recursos eficiente, creativa e innovadora para entregar soluciones a los problemas de sus comunidades.
El mundo de la empresa es un lugar en el que se debe aprender a gestionar. Los empresarios y ejecutivos hacen esfuerzos diarios por mejorar la eficiencia, incorporar innovación, abrir oportunidades, lograr buenos productos para consumidores exigentes, en fin, todo lo necesario para permitir la sobrevivencia y el crecimiento de su actividad.
Por eso es una buena noticia que los votantes confíen en las capacidades de personas que vienen del mundo privado. Los empresarios y ejecutivos tienen dos cualidades muy valoradas por la ciudadanía y que son especialmente relevantes en cargos comunales. Por un lado, su capacidad de poder realizar una gestión innovadora y eficiente de los recursos, algo urgente en un país que enfrenta un estancamiento económico. Por otro lado, su conocimiento de las personas, dado que al liderar equipos de trabajo tan diversos y de distintos tamaños, resulta un buen termómetro de lo que ocurre en la sociedad en general.
Con su administración deberán demostrar que el rol de un empresario en la sociedad no es sólo económico, sino también ético y público. El trabajo conjunto entre el mundo público y privado ya ha mostrado buenos resultados al unir sus capacidades. En un escenario de crecientes demandas y recursos limitados, el aporte del mundo privado a los problemas de nuestro país ofrece un camino innovador y eficiente para responder a las necesidades sociales, además de sentar las bases de un futuro más justo, próspero, solidario y humano.
Columna publicada en El Líbero el domingo 17 de noviembre de 2024.