27 Ene 2025

El Jubileo 2025 y la acción empresarial – Enrique Cruz

La Iglesia Católica celebra este 2025 un año jubilar, una antigua tradición judía que anunciaba cada 49 años un año de clemencia y liberación para todo el pueblo. El Papa Francisco nos invita a vivir este año con una mirada de esperanza en el futuro y a trabajar por restablecer la justicia en distintos ámbitos de la vida: en el uso de la tierra, en la posesión de los bienes, en la relación con el prójimo, sobre todo en relación con los más pobres y los que han caído en desgracia. Este llamado debe interpelarnos a mirar cómo vivimos, qué hemos construido en este cuarto de siglo y qué queremos dejar para los próximos 25 años.

En nuestro país hay necesidades urgentes que atender. Debemos volver a incentivar la inversión para generar más trabajo y un crecimiento que beneficie a todos, avanzar en una reforma de pensiones que permita llegar a la última etapa de la vida en condiciones dignas y combatir decididamente el narcotráfico y la escalada de violencia de los últimos para restablecer la seguridad, tan necesaria para ejercer cualquier actividad.

Si bien gran parte de estos cambios requieren políticas públicas que nos saquen del letargo en que estamos, y que son tareas propias de las autoridades desde nuestro propio espacio podemos hacer mucho para contribuir enormemente al bien común.

En el caso de la Empresa, todos quienes tenemos personas a cargo, debemos preguntarnos si es que estamos ofreciendo un Buen Trabajo: un trabajo digno que parte por un buen trato, reconocer al trabajador como persona, interesarse por sus sueños, fomentar una cultura de encuentro con sus compañeros, y por sobre todo por permitirle desplegar sus talentos dando los espacios para que pueda combinar el esfuerzo personal con las posibilidades de ir creciendo material, cultural y espiritualmente.

Restablecer la justicia es preguntarse también si ofrecemos un Buen Producto o Servicio, ese que mejora la calidad de vida de las comunidades, que aporta al bien común de todos y que contribuye al cuidado del medio ambiente y del planeta. Un tercer aspecto para analizar es si estamos generando y distribuyendo una Buena Riqueza. La justicia requiere que las empresas obtengamos los beneficios de forma ética, lo que nos obliga más allá del cumplimiento de las leyes vigentes. Una riqueza bien habida que además sea de alguna manera bien compartida entre quienes ayudaron a generarla.

El trabajo es algo necesario y positivo porque desarrolla a las personas. Es mucho más que recibir una remuneración, que por cierto es fundamental. Los empresarios y las jefaturas intermedias debemos esforzarnos por trabajar por estar tres “B” para impactar positivamente nuestros espacios de trabajo y comunidades donde nos desenvolvemos, así construir un legado basado en la transformación de las personas. La generación de utilidades y la rentabilidad son muy necesarias porque son la base de la supervivencia de las empresas, pero no pueden ser lo único que nos movilice. Sin las tres “B”, el esfuerzo empresarial se empobrece, y junto con eso, se empobrece la vida de sus trabajadores y de toda la sociedad.

El Jubileo es un llamado urgente para que cada uno trabaje con esperanza desde su sector, desde su día a día, para restablecer la justicia. Debemos convencernos de que es imposible desligar nuestro propio bienestar del bienestar de todos y cada uno de los miembros de nuestra sociedad.

Este 2025 no viene fácil y tenemos grandes desafíos pendientes. Esto no nos debe impedir que levantemos la mirada y tratemos de hacer nuestro propio Jubileo en el espacio de nuestro trabajo. Que no pase el año y perdamos una oportunidad única de construir más confianza a través de un mayor compromiso.

Columna publicada el domingo 19 de enero de 2025 en El Líbero.