26 Dic 2016

José Joaquín Brunner: “La falta de competencias esperadas en nuestros estudiantes, es el punto más desafiante para una política o reforma educacional con miras a los próximos 50 años”

Para el académico e investigador de la Universidad Diego Portales, el problema de la educación en Chile recae en la calidad del aprendizaje y en la forma como se distribuyen las oportunidades.

Un interesante café con José Joaquín Brunner abordó el estado de la educación en Chile y los desafíos que existen en esta materia. Para ello, se invitó a exponer al académico e investigador de la Universidad Diego Portales, quien señaló “para que la educación sea efectivamente un motor de desarrollo, requiere ser de calidad y distribuirse socialmente con justicia, de lo contrario, seguirá siendo un obstáculo para el desarrollo y no el motor que podría llegar a ser”.

El académico aclaró que el acceso a la educación en el país, considerando todos sus niveles, es similar al promedio de los países de la OCDE. Es decir, las tasas de participación en la educación a todo nivel en Chile, es el mismo que el promedio de los países más desarrollados del mundo. Sin embargo, señaló que si bien el acceso a la educación es muy amplio, las tasas de graduación son bajas ya que la mayoría de los estudiantes no terminan sus estudios.

“A pesar de que estamos muy por debajo del promedio de la OCDE en términos de mediciones de la calidad de la educación, somos líderes netos en América Latina. Por ello, cuando en los diarios aparece que Chile tiene la peor educación del mundo, esto es una completa exageración. De los 8 países que participan en pruebas internacionales como PISA, Chile aparece con los mejores puntajes promedio”.

Para el ex ministro Secretario General de Gobierno, el problema es que alrededor del 40% de  los estudiantes no alcanzan el umbral mínimo de competencias esperadas. En su opinión, esto será el punto más desafiante para la política o reforma educacional chilena a lo largo de los próximos 50 años, ya que se debe reducir a la mitad esta cifra para estar a la altura de los países de la OCDE. 

Para Brunner, parte del diagnóstico de este problema es que las escuelas públicas no cumplen con lo que una sociedad  como la chilena demanda: una educación que compense las desigualdades socioeconómicas o el “efecto de la cuna”, y no lo reproduzca, que es como ocurre hoy con un grupo importante de alumnos.

La investigación educacional, en sus distintas ramas, ha concluido que los resultados del aprendizaje dependen de 3 cosas: del hogar, de la efectividad de la escuela y la institucionalidad que organiza al sistema. El mayor peso estadístico en los resultados que tienen los niños recae mayormente en el hogar y en la etapa preescolar, donde se juegan  un conjunto de procesos que son de la máxima importancia para el éxito posterior en la trayectoria escolar. Por ello, cuando un niño se encuentra en situación de vulnerabilidad familiar, se incurre en riesgos que terminarán poniéndolo en desventaja respecto de un niño que ha nacido en condiciones distintas. Para José Joaquín Brunner “esto es parte de evidencia empírica. En todas partes del mundo esto funciona así. No existe lugar del mundo donde el hogar no sea lo más importante ya que cuando llegan a la escuela, es tarde para empezar a compensar desigualdades. El único que tipo de establecimiento que podría llegar a esta compensación son establecimientos altamente efectivos en lo pedagógico. Tiene que ver con profesores motivados, con vocación y altísimas competencias”.

“La mayor parte de las cosas que discutimos y queremos aprobar en materia de Reforma Educacional no tiene relación directa ni indirecta con el problema del 40% mencionado (el hecho de que el 40% de los estudiantes no alcanza el umbral mínimo de competencias educacionales deseadas). Desde este punto, la discusión está desfocalizada. Con esto provocamos una reproducción del status actual de las desigualdades”, afirmó Brunner.

El papel formativo de la empresa

A juicio del académico, el mundo del trabajo es formador, por lo tanto como toda organización buena, sólida y competitiva, tiene un plan  respecto del desarrollo de sus propios recursos humanos. “A mí me parece que ese papel es fundamental no solo desde el punto de vista del rendimiento y la productividad de una empresa, sino como contribución de las capacidades generales humanas de una sociedad”, señaló Brunner. 

En materia de formación, el expositor destaca que también se debe considerar el momento por cual atravesamos. Un periodo complejo, de cambios en el terreno tecnológico, en las creencias de las personas y en los fenómenos de la globalización. Ante ello, se ha discutido cómo será la educación del siglo XXI para hacer frente a estos problemas. 

“Sabemos que vivimos en una sociedad donde el capitalismo post moderno nos ha llevado a que todo lo que necesitemos esté en el mercado. Y que todo sea objeto de contratos. Esto es un gran cambio ya que implica la pérdida de relaciones comunitarias, de esferas que quedan fuera del mercado. Por ello, hay que ver cómo preparar a los estudiantes para enfrentar el futuro”, concluyó.

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