30 Oct 2023

Humanidad ante todo – Enrique Cruz

Si uno revisa los últimos seminarios, prácticamente todos abordan el cada vez más relevante tema de la Inteligencia Artificial. El Seminario Anual de USEC no fue la excepción. “Tenemos que poder discernir sobre cuán seguros estamos de los espacios que le damos a la inteligencia artificial de modo de no cometer errores que nos deshumanicen”, dijo el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, en el encuentro, titulado “Inteligencia Humana: Un desafío para la empresa del futuro”, donde también abordamos las implicancias de la Inteligencia Artificial (IA), pero abordado desde el rol de la inteligencia humana.

Sus palabras reflejan una de las principales preocupaciones que nacen de la revolución que supone esta herramienta para las personas, las empresas, la economía y el país. Y cómo no preocuparse, si en los últimos días hemos visto hasta dónde puede llegar el hombre cuando pierde el foco. El mundo ha sido testigo de las consecuencias de la deshumanización en su máxima expresión.

Qué duda cabe que la IA impactará la forma en la que hacemos empresas y en los procesos de producción en un entorno inestable, que cambia vertiginosamente. Es posible inferir también, que su influencia tocará todos los ámbitos de la vida de un país.

De acuerdo con un estudio de Ipsos, un 60% de los chilenos estima que la IA podría cambiar la forma en la que hace su trabajo y 38% espera que reemplace su trabajo actual. Por otro lado, un 77% de las empresas cree que el uso de esta tecnología tendrá un impacto significativo o disruptivo en la productividad de su industria.

Esta revolución requerirá –y requiere– una fuerte capacitación laboral, así como una mejor educación en todas sus dimensiones y la formación de nuevos talentos. Pero, sobre todo, demanda nuevos tipos de liderazgo que acompañen estos procesos, que aborden el éxito económico y la tecnología como medios para alcanzar un fin más noble que es el “buen trabajo”, entendido como el desarrollo de la persona llevada a su mayor versión.

Tal como lo dijo en la misma instancia la ex ministra del Trabajo y Previsión Social, María José Zaldívar, la IA podrá ser también una oportunidad para las empresas para generar mayor bienestar. ¿Cómo? La abogada aludió a todas aquellas tareas rutinarias que hoy hacemos los seres humanos, pero que no necesariamente nos hacen sentir plenos y realizados.

Pero es cierto: tal como se dijo en el seminario, habrá grandes ganadores y también perdedores. Entonces, cómo enfrentar este desafío que puede sacar lo mejor o lo peor de nosotros mismos.

Como muchas veces, vivimos tiempos en los que la legislación avanza más lento que la irrupción de las tecnologías, además de contar con políticas regulatorias claramente establecidas, resultará clave la formación de criterios éticos para que la IA se ponga al servicio del hombre, y no al revés.

La tecnología debe estar al servicio de las personas, y hoy, herramientas como la inteligencia artificial son una oportunidad para los procesos de la empresa, pero también presentan riesgos. En tiempos donde la legislación avanza más lento que la irrupción de las tecnologías, es necesario recordar que la formación de criterios éticos resulta clave para que estas se pongan al servicio del hombre y no al revés.

Si vemos a la IA como un medio, y no un fin en sí mismo; el trabajo para garantizar que la dignidad de las personas esté en el centro de cada decisión debiese facilitarse. Por eso es tan importante que no perdamos el norte. La transformación de las personas es el gran legado de todo empresario, y la IA puede acompañar los esfuerzos en la empresa para promover el desarrollo material, cultural y espiritual de cada colaborador, potenciando su inteligencia humana, podremos aprovechar de verdad la irrupción de nuevas tecnologías, y contar con un verdadero copiloto que potencie y no reemplace la Inteligencia humana.

Columna publicada en El Líbero el domingo 29 de octubre de 2023.