21 Dic 2016

Conversaciones movilizadoras para empresas efectivas

Liderazgos conscientes, eficaces, adaptativos. De eso y más se habló en el último Desayuno de Socios del año, organizado por USEC, el cual contó con la presencia de la psicóloga María Luisa Silva, socia directora de la consultora Be Human, quien compartió sus conocimientos acerca de cómo aprender a vivir y a trabajar de mejor manera, a partir de la construcción de diálogos que potencien las relaciones en los equipos de trabajo. ¿Cómo? A través de conversaciones honestas y directas. 

“En general, las conversaciones movilizadoras son aquellas que nos sacan de la zona de confort. Son complejas porque ponen en juego asuntos importantes, en los que habitualmente hay puntos divergentes y en los cuales las emociones se vuelcan de forma más intensa. Por ello, les llamamos también conversaciones difíciles”.

A juicio de la expositora, existe una tendencia a evadir o posponer este tipo de diálogos. Sin embargo, tenerlos o no impactará en nuestro futuro, ya que es importante aprender a desplegar las competencias que permiten abordar esta clase de conversaciones y que, junto con ello, potencian un mayor y mejor liderazgo.

Dime qué conversas y te diré qué estás construyendo

En toda empresa es importante que los equipos de trabajo analicen el tipo de conversaciones que se sostienen a diario y cómo éstas impactan en su quehacer. Para hacerlo, es relevante analizar con qué frecuencia nos salimos de lo trivial para reflexionar sobre el tipo y la calidad de diálogos que sostenemos. Asimismo, tener plena consciencia de aquellas conversaciones que faltan y sobran es crucial. 

“Hablar de conversaciones movilizadoras es comprender que se tratan de instancias en las que pueden haber opiniones divergentes, en las que hay emociones fuertes y factores importantes en juego. En esta línea, no podemos perder de vista que éstas pueden alterar de forma significativa el futuro”, dice María Luisa.

Una conversación para cada necesidad

La psicóloga experta en Coaching y Mentoría menciona que, entre otras cosas, las organizaciones son redes de conversaciones que se sostienen para cumplir con una promesa implícita o explícita. Pero para que este pacto se cumpla, debe existir una cadena de diálogos y compromisos que lo hagan posible. Los distintos tipos de conversaciones presentes en el trabajo diario son: 

1. Conversaciones para posibles acciones: son aquellas que se tienen cuando se está iniciando un emprendimiento o planteando una visión sobre un determinado asunto.

2. Conversaciones para coordinar acciones: se dan cuando existe una relación entre quienes dialogan, en la que uno pide, el otro ofrece y en conjunto se comprometen en ciertos acuerdos. 

3. Conversaciones de aprendizaje: se refiere a los diálogos que se entablan para dar una retroalimentación a otro.

Pero no basta con tener clara esta diferenciación. “Cuando al enfrentar un diálogo se adopta la postura de tener la razón absoluta, esto claramente perjudica la entrega de respuestas asertivas, porque hay una carencia de inteligencia emocional que impide desarrollar una buena conversación”. ¿Cuál es el consejo? Según María Luisa Silva, la clave es ser capaces de ver la creencia, la mirada y los valores del otro y no sólo los propios, de forma que se puedan generar diálogos efectivos que equilibren la tensión y la contengan. 

Distintos conversadores, diversos resultados

Tal como hay diferentes tipos de conversaciones, también hay diversidad de interlocutores. Esto no es menor, pues las características individuales de quienes participan son determinantes a la hora del éxito o fracaso de las mismas. Es así como encontramos personas que se ubican en el polo agresivo o explosivo, quienes privilegian la tarea, independiente de que eso les genere un costo social. En el otro extremo están las pasivas o conciliadoras, que no se exponen y prefieren proteger la relación. Sin embargo, el costo de esta actitud evasiva se vive de forma interna.

Entre medio de ambos polos están los irónicos, aquellos que hablan entre la masa sin enfrentar las situaciones. “Lo ideal, es tratar de no pertenecer a ninguno de estos grupos para resguardar nuestras relaciones con los otros. Debemos buscar ser asertivos, es decir, alinear nuestro comportamiento con lo que pensamos, deseamos y sentimos, y expresarnos manteniendo siempre el respeto hacia nosotros mismos y hacia el resto”. 

Finalmente, en materia de liderazgo, la expositora comenta que es importante contar con dirigentes capaces de movilizar a la gente y educar, de mostrar la meta hacia la cual dirigirse y el camino para llegar a ella, al revés de los liderazgos carismáticos de antaño, en que las personas seguían al líder simplemente por ser quien era. “El liderazgo adaptativo, en cambio, pone en el centro el desafío, aquello que nos moviliza y hacia donde queremos avanzar. Por eso, para generar cambios efectivos en las organizaciones necesitamos liderazgos de tipo adaptativo o estratégico”, asegura la psicóloga María Luisa Silva.

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