03 Feb 2015

José Antonio Garcés – Encuesta Casen 2013: No instrumentalicemos a los pobres

“La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no sólo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la sociedad, sino para sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que sólo podrá llevarla a nuevas crisis. 

Los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras… La inequidad es raíz de los males sociales”. (Papa Francisco, P.202 Evangelii Gaudium, 2013).

Conocidos los resultados de la encuesta Casen 2013, es claro por dónde van nuestras fortalezas y debilidades como país.

Hemos de alegrarnos por los avances en la reducción de la pobreza que hoy se cifra en 14,4%. La medición del 2009 arrojaba un índice de 25,3%. También se redujo la extrema pobreza de un 9,9% el 2009 a un 4,5% el 2013. Si se toma en cuenta la medición multidimensional, mucho más completa a la hora de evaluar las carencias reales de la población, el resultado indica que  el 20,4% de chilenos vive aún bajo la línea de la pobreza. Con la misma metodología, el 2009 esta cifra alcanzaba un 27,5%. Un avance significativo.

En contraste, las cifras de desigualdad casi no han variado el último tiempo. El coeficiente GINI  (que compara los ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre), sigue marcando 0,5 puntos con pequeñas variaciones desde el 2006. Esto sitúa a Chile como el miembro de la OCDE con mayor desigualdad de ingresos, que en promedio marca 0,31. 

Además, si 1 de cada 5 chilenos (20,4%) vive bajo la línea de la pobreza, es decir, con un ingreso por persona de $136.911 (según el nuevo indicador), en circunstancias que nuestro ingreso per cápita país se cifra en US$23.165, es claro que la deuda que tenemos en materia de equidad es un desafío prioritario. 

Sabemos que el desafío de reducir los niveles de desigualdad e inequidad es mucho más complejo y de largo plazo que la reducción de la pobreza. Para tamaña tarea, que implica alejarse del asistencialismo para empoderar a las personas a ser protagonistas de su historia de superación personal y familiar, y contar con el concurso de todos los actores sociales. El Estado, en  su rol subsidiario y regulador, el mercado, como generador de empleos, y la sociedad civil, organizada para alcanzar metas sociales, no son suficientes.  Si queremos tener resultados, estos tres sectores deben actuar en conjunto y percibirse como aliados para dialogar y  llegar a acuerdos concretos y beneficiosos para toda la sociedad. 

Sin embargo, hasta el momento, ¡qué lejos estamos de este “Pacto Social” tan necesario en nuestro país! Inmediatamente tras conocer los resultados de la encuesta Casen 2013 comenzó la discordia y el aprovechamiento político de los datos por parte de uno y otro lado.  Una señal poco tranquilizadora fue el hecho que la Presidenta se haya mantenido tan al margen de esta medición, ya que con o sin intención, le quitó relevancia. Pero no solo faltó su voz, también faltaron las voces que apelan a la unidad, al bien común a largo plazo y al compromiso que trasciende a los gobiernos de turno. 

Quienes somos líderes empresariales, también debemos examinar en qué planos podemos colaborar con la comunidad y con las autoridades para alcanzar estas metas sociales. Nuestra responsabilidad no termina en una gestión eficiente (si bien, comienza ahí). Es necesario que crucemos las fronteras de nuestras empresas y sector de negocios para comprometernos con los grandes desafíos país que comenzarán a resolverse en un piso de unidad y en roles de complementariedad. 

Una auténtica opción por los pobres se aleja de cualquier intento de utilizarlos al servicio de alguna ideología, de intereses personales o políticos, afirmaba el papa Francisco en Evangelii Gaudium. En el mismo documento, denunciaba que una economía que no tiene las regulaciones adecuadas, desarrolla grandes vicios como excluir y marginar a muchos, mientras se privilegia a unos pocos; caer en conductas populistas muy irresponsables; e instrumentalizar a los  pobres, práctica común entre autoridades cortoplacistas cuyo objetivo es la obtención de votos. 

José Antonio Garcés, past president USEC.
Publicación: Diario Financiero, martes 3 de febrero de 2015.